En el Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora conversamos con algunas de las agrupaciones y colectivas que están trabajando en la visibilización de los problemas sociales de las personas afrodescendientes y exigiendo al sistema político soluciones a sus demandas. Son colectivas de mujeres afrodescendientes y negras radicadas en distintas regiones de Chile. Por María Patricia Castillo @kutusoma
"Cuando los tiempos sean difíciles, haz algo. Si funciona, hazlo un poco más. Si no funciona, haz otra cosa. Pero sigue adelante" - Audre Lorde
Como señala Archila los movimientos sociales pueden ser entendidos como acciones colectivas más o menos permanentes, orientadas a enfrentar injusticias, desigualdades o exclusiones, y que tienden a ser prospectivas en contextos históricos específicos. Para Raschke no son simples medios de cambio social, ni la pasiva expresión de tendencias sociales de cambio, sino que, son actores que se involucran en el curso de las cosas con el fin de influir sobre ese desarrollo. Dentro de los movimientos se dan una multiplicidad de tendencias, organizaciones y principios para la acción.
Para las organizaciones afrodescendientes que trabajan en Chile por el reconocimiento de su cultura y derechos, el desarrollo de activismos colectivos tiene aprendizajes constantes y barreras que sortean cotidianamente.
Milene Molina de la Colectiva Luanda señala: “No podemos permitir que otras mujeres nos representen, nosotras mismas nos debemos representar”. En la misma línea, explica que es necesario un trabajo constante y construir un discurso con y desde el amor; en donde prime el buen trato entre las integrantes de las colectividades. Como dice la escritora y activista afroamericana, bell hooks, “cuando las comunidades pequeñas organizan su existencia en torno de una ética del amor, la vida mejora para todo el mundo, en todos los aspectos”.
Paola Palacios del Kilombo Negrocentricxs explica que “las prácticas individualistas acaban con las organizaciones sociales. Las colectividades son agentes de cambio social”. A su juicio, las individualidades impiden la construcción de una Agenda Afrodescendiente consensuada que incluya a la mujer y priorice el trabajo en red como uno de los mecanismos estratégicos más potentes para impulsar posibles escenarios donde se pueda hacer mayor presencia en procesos de toma de decisión. En ese sentido, la confluencia de fuerzas permite resistir a un sistema racista, capitalista y patriarcal porque en conjunto es que se logrará una mayor visibilización, incidencia y participación en la elaboración de políticas públicas en el país.
Una de las principales barreras para el desarrollo del trabajo colectivo es la precariedad económica en la que viven las personas afrodescendientes. Paola Palacios afirma: “Alguien que no tiene comida no quiere pensar en colectivo”. El modelo neoliberal en el cual vivimos ha conllevado a la destrucción de la generación de espacios organizativos. Otra barrera radica en los limitados recursos financieros para desarrollar los proyectos de las colectividades. Las personas que trabajan en estas colectivas lo hacen de forma voluntaria sin recibir ninguna compensación o retribución económica.
En cuanto a los desafíos que deben enfrentar estos movimientos se encuentran la generación de coordinaciones, articulaciones y redes de apoyo constantes, fluidas y permanentes entre las organizaciones sociales. Lucy Hinestroza de la Corporación de Mujeres Afrodiaspóricas señala que hay un “desconocimiento sobre cómo articularse con otras organizaciones y con la institucionalidad”.
Demandas, logros y avances
A pesar de los múltiples esfuerzos de organizaciones sociales por la visibilización y reconocimiento de las personas afrodescendientes y negras en este territorio, en el imaginario social sigue existiendo la idea de que las personas afrodescendientes y negras son producto de la migración reciente. Se desconoce su presencia desde la época de la Conquista -en el período de esclavitud ocurrido entre 1536 y 1823- que es incluso anterior a la existencia de Chile como nación.
Recién en 2019 -con la Ley 21.151- el Estado le otorgó reconocimiento legal al Pueblo Tribal Afrodescendiente Chileno. Este y todos los avances por el reconocimiento de los derechos humanos de las personas afrodescendientes y la lucha contra el racismo estructural, han tenido como principales protagonistas los movimientos y agrupaciones sociales.
En la misma línea, el movimiento antirracista presenta diversas demandas en la construcción de políticas públicas para enfrentar las injusticias raciales derivadas de un sistema racista que oprime y violenta a las personas afrodescendientes.
Milene Molina señala que “se apunta a una inclusión en todos los espacios chilenos institucionales de la afrodescendencia, y que sea un eje de trabajo e inversión transversal del Estado”. Actualmente, en el Kilombo Negrocentricxs apuntan a la autoidentificación de las personas afrodescendientes en el próximo Censo del año 2024 y a la descentralización del feminismo antirracista, traspasando las fronteras de Arica y Santiago.
Aquí es importante reconocer que, por primera vez en Chile, el Censo incluirá una pregunta para la autoidentificación de las personas afrodescendientes en todo el territorio nacional. En el año 2013 el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) realizó en la Región de Arica y Parinacota el primer estudio de la población afrodescendiente en Chile. Lucy Hinestroza menciona que la apuesta de la Corporación de Mujeres Afrodiaspóricas es la promoción de los derechos de las mujeres negras en distintos ámbitos como la salud y la educación; y visibilizar la existencia de las personas afrochilenas.
En cuanto a los logros y avances de estas agrupaciones se destaca la presencia de Oriana Estay de la Colectiva Luanda como integrante del Consejo Asesor del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, y el trabajo de articulación de esta colectiva con el Ministerio de Educación para inclusión de la historia, lenguaje y cultura de las personas afrodescendientes en todos los niveles educativos (preescolar, básico, medio y universitario). Además de los ministerios de Cultura, de la Mujer y de Desarrollo Social.
Un gran logro para el Kilombo Negrocentricxs fue que durante el año 2020 se generó una difusión masiva en medios de comunicación como CNN en conjunto con la Coordinadora Feminista 8M, en donde Paola Palacios integrante del Kilombo fue una de las voceras de la Coordinadora 8M; y que durante la marcha del Día Internacional de la Mujer (8M) se diseñó y construyó un bloque contra hegemónico de corporalidades negras. Durante el año 2021 se realizó la Escuelita Antirracista, la cual fue un espacio de etnoeducación, especialmente para mujeres y disidencias negras y/o afrodescendientes (migrantes y afrochilenas) residentes en Chile. Paola Palacios destaca que se ha incentivado que las personas afrodescendientes expresen sus molestias y denuncien las injusticias raciales a través de eventos o de organizaciones sociales.
Desde la Corporación de Mujeres Afrodiaspóricas se destaca su participación en comisiones parlamentarias y en distintos eventos artísticos y culturales como en el Día Internacional de la Danza en Monte Patria (Región de Coquimbo) y su participación en el 5 Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias que Luchan realizado en Santiago.
En abril de este año se realizó por primera vez la Asamblea General Negra. Convocada en Santiago, fue un espacio construido entre varias organizaciones sociales lideradas por mujeres afrodescendientes, en donde se abordaron distintas temáticas enfocadas en la reivindicación de los derechos de las personas afrodescendientes en los ámbitos de salud, educación y economía. Algunos temas que surgieron de este encuentro fueron las dificultades en la validación de títulos obtenidos en otros países; la necesidad de contar con la presencia de personas afrodescendientes en espacios de poder del Estado, a nivel político, cultural, económico y en ambientes escolares; la importancia de combatir la estereotipación e hipersexualización de las corporalidades negras; las barreras culturales e idiomáticas existentes para acceder a temas de salud, especialmente de salud mental y sexual; la necesidad de combatir la precarización laboral en la cual se encuentran las personas afrodescendientes y migrantes; y facilitar el acceso a la información sobre los fondos concursables con los que cuenta el Estado y con la formalización de los emprendimientos.
Las personas afrodescendientes somos seres distintos con creencias y matices distintas en todos los ámbitos, ya sea religioso, cultural, económico y político. Pero como dice Audre Lorde “No son nuestras diferencias las que nos dividen. Es nuestra incapacidad para reconocer, aceptar y celebrar esas diferencias". La creencia en que todas las personas somos mestizas ahorra el trabajo complejo de considerar heterogeneidades y legislar a partir de ellas. Se requiere visibilizar en las estadísticas del país la situación real de las personas afrodescendientes en Chile para la construcción de políticas públicas que permitan enfrentar el racismo y las desigualdades sociales con acciones afirmativas hacia las personas afrodescendientes.
Agradecemos a Milena Molina de la Colectiva Luanda, a Paola Palacios del Kilombo Negrocentricxs y a Lucy Hinestroza de la Corporación de Mujeres Afrodiaspóricas por su tiempo y disponibilidad para la realización de este reportaje.
*María Patricia Castillo Mosquera, es afrocolombiana de nacimiento y afrochilena por decisión. Integrante de Kutusoma, espacio afrocentrado dedicado a la visibilización de la escritura y lectura de personas afrodescendientes.